Se proyecta en nuestras pantallas estos días la película Seráphine, de Martin Provost, ganadora de 7 premios César de la Academia francesa de Cine. Acudí al cine por animada de esa recomendación personal que te hace alguien y al poco tiempo me dejé llevar por la mirada de esta mujer atormentada (magnífica interpretación de Yolande Moreau) que se movía como una autómata por una ciudad gris de principios de siglo donde solo la acompañaba el ruido metálico de unos zapatos que la sometían a un deambular constante de un trabajo a otro marcado por el ritmo del reloj. Luego, ya libre, se despojaba de esos zapatones y levantando la cabeza su mirada se transformaba mientras se dirigía al campo, abrazaba los árboles, se sentaba mirando al horizonte mientras el viento le traía rumores que solo ella escuchaba y su rostro reflejaba un éxtasis que la hacía olvidarse de sus miserias.
Luego, como poseída por una fuerza extraña, buscaba los materiales (tablas, tierra, sangre, semillas, aceite de las velas, barniz y botes y botes de laca blanca) y se encerraba en un pobrísimo cuarto donde pasaba la noche cantando y pintando.
Seráphine De Senlis
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Según BIHALJI-MERIN, Oto: El Arte Naïf, ed. Labor, Barcelona, 1978. ISBN: 84-335-7558-9; pp. 45-46, (Citado en Mujeres en el arte) "Seráphine Louis nació en 1864 en Assy (Oise). Jamás estudió pintura, ni durante los tiempos de su niñez, cuando fue pastora, ni posteriormente, cuando trabajaba como sirvienta".
Conocemos su obra gracias a la aparición de un marchante alemán, Wilhem Uhde, para el que ella trabajó como sirvienta en 1912. Desde entonces él la animó a seguir pintando pero la 1ª guerra mundial los separó y Seráphine siguió en su humilde trabajo y pintando en sus arrebatos nocturnos unas flores, frutas y árboles que nos miran desde la tabla como si quisieran iniciar un diálogo con quienes estamos al otro lado. Tal vez era el diálogo de Seráphine con la naturaleza. Dice en un momento de la película "cuando estoy triste hablo con los pájaros, los árboles... y se me pasa" .
Sencilla lección de vida.
Fuentes:
-decine21.com
-Mujeres en el arte
-soitu.es
-Trailer de la película
Conocemos su obra gracias a la aparición de un marchante alemán, Wilhem Uhde, para el que ella trabajó como sirvienta en 1912. Desde entonces él la animó a seguir pintando pero la 1ª guerra mundial los separó y Seráphine siguió en su humilde trabajo y pintando en sus arrebatos nocturnos unas flores, frutas y árboles que nos miran desde la tabla como si quisieran iniciar un diálogo con quienes estamos al otro lado. Tal vez era el diálogo de Seráphine con la naturaleza. Dice en un momento de la película "cuando estoy triste hablo con los pájaros, los árboles... y se me pasa" .
Sencilla lección de vida.
Fuentes:
-decine21.com
-Mujeres en el arte
-soitu.es
-Trailer de la película
1 comentario:
Haré todo por verla,promete!!!
besos
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