Una Por Una
No podemos dejar de denunciar el asesinato de mujeres a manos de sus parejas. Hoy Yolanda B., de 44 años y su hijo Andrés A., de 11 años, han sido asesinados por Lázaro Daniel B, cubano de 33 años.
Justa Méndez nació en Sevilla en Sevilla en1576. A los cuatro años partió con su familia hacia Méjico con un grupo de judíos secretos huyendo de las persecuciones de la Inquisición. Desde muy joven destacó por su interés en profundizar sobre la religión hebrea, pero a los 18 años fue arrestada por la Inquisición junto a su madre, su tía, Beatriz Enríquez de la Paiva, y otros cuarenta judíos y permaneció encarcelada hasta finales de 1596.
Justa confesó que era judía y que observaba la Ley de Moisés. Para eludir el castigo a otros declaró el nombre de dos maestros ya muertos y prometió abandonar las prácticas judaizantes para vivir como católica observante. Pasaba a ser así una “reconciliada” que no podía volver a vestir trajes de seda ni llevar joyas. Su tía Beatriz fue enviada a la hoguera junto con otras cuatro mujeres y siete hombres, uno de ellos Luis de Carvajal el Joven quien había enseñado a Justa todo lo relativo a su religión y le había copiado algunas e las Leyes de Moisés, algo totalmente prohibido en la época.
A partir de ese momento siguió educándose sola y a escondidas sobre el judaísmo.
Se casó, alrededor de 1603, y consiguió autorización para llevar joyas y engalanarse como las demás novias, algo inaudito según su pasado. Pero consiguió que la Inquisición no se preocupara más por ella aunque siguió ayudando a los judíos, incluso cuando estaban encarcelados, y practicando su religión en privado.
Murió en 1644 negándose a aceptar la cruz que le ofrecía un sacerdote y, por este gesto, en 1649, cuando 96 judíos fueron quemados vivos, los restos de Justa fueron desenterrados e incinerados.
Había que cumplir el rito que no se había hecho cuando estaba viva. Hasta después de muerta siguió con la amenaza de la Inquisición.
2 comentarios:
En 1649 fueron quemados 13 judíos condenados a muerte, no 96.
Trece, no cien, ni mil
Publicar un comentario