domingo, febrero 06, 2011

Rigoberta Menchú en Sevilla


El pasado 14 de enero asistimos a la conferencia de la premio Nobel de la Paz, Rigoberta Menchú en Sevilla sobre “Cooperación Internacional: Herramienta para transformar el Mundo”
Tuvimos la ocasión de ver y oír a una mujer que irradia paz y armonía en sus palabras al mismo tiempo que defiende los derechos de los más débiles y convoca a los países a una cooperación por encima de las fronteras, razas y religiones.
Rigoberta Menchú nació en Uspantán, Departamento de El Quiché, en Guatemala. Es hija de Vicente Menchú Pérez y Juana Tum Kótoja, dos personajes muy respetados en su comunidad. Su padre fue un activista en la defensa de las tierras y los derechos indígenas y su madre, Juana Tum Kótoja, indígena experta en los saberes de los partos (tradición indígena pasada de generación en generación, por lo general realizada en zonas rurales donde no llegan los servicios medicos).
Desde muy pequeña conoció las injusticias, la discriminación, el racismo y la explotación a la que son sometidos cientos de miles o incluso millones de indígenas que viven en la pobreza extrema en Guatemala. Durante la violencia armada su padre, su madre, su hermano y varios miembros de su comunidad fueron asesinados por el ejército.
Desde joven se involucró en las luchas reivindicativas de los pueblos indígenas y campesinos lo que le valió persecución política y el exilio. En 1979, fue miembro fundadora del Comité de Unidad Campesina -CUC- y de la Representación Unitaria de la Oposición Guatemalteca -RUOG-, de la que formó parte de su dirección hasta 1992.
Gran parte de la popularidad le vino de su libro autobiográfico de 1982-1983 Me llamo Rigoberta Menchú y así me nació la conciencia. El libro fue escrito por Elizabeth Burgos a partir de las conversaciones con Rigoberta. En su libro, Rigoberta explica cómo comenzó a trabajar en una finca de café a los cinco años, en condiciones tan pésimas que fueron la causa de la muerte de hermanos y amigos suyos, así como de la represión de la que fue víctima su comunidad por parte de terratenientes y miembros del ejército de Guatemala. Recibió cierta educación católica, cosa que la vincularía más tarde a colaboraciones con la Iglesia Católica.
La Guerra civil de Guatemala tuvo lugar entre 1962 y 1996, aunque la violencia estalló años antes. La violencia la forzó al exilio a México en 1981. Aquel mismo año, su padre fue asesinado en la embajada española en la Ciudad de Guatemala mientras participaba en la ocupación de dicha sede diplomática. En 1991 participó en la preparación de la declaración de los derechos de los pueblos indígenas por parte de las Naciones Unidas.
El Premio Nobel le fue otorgado en reconocimiento a su trabajo por la justicia social y reconciliación etno-cultural basado en el respeto a los derechos de los indígenas, coincidiendo con el quinto centenario de la llegada de Colón a América, y con la declaración de 1993 como Año Internacional de los Pueblos Indios.
En la lectura del premio, reivindicó los derechos históricos negados a los pueblos indígenas y denunció la persecución sufrida desde la llegada de los europeos al continente americano, momento en que concluyó una civilización desarrollada en todos los ámbitos del conocimiento; también reflejó la necesidad de paz, desmilitarización y la justicia social en su país, Guatemala, así como el respeto por la naturaleza y la igualdad para las mujeres.
En 1998, fue galardonada con el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional, junto con Fatiha Boudiaf, Fatana Ishaq Gailani, Somaly Mam, Emma Bonino, Graça Machel y Olayinka Koso-Thomas por su trabajo, por separado, en defensa y dignificación de la mujer.
En 2006, participó como embajadora de "Buena Voluntad" de la Unesco del gobierno de Óscar Berger.
Recibió El Guiness World Record de "la ganadora más joven del Nobel" y el "primer nativo indígena" en ganarlo.
Desde mayo de 2004 Rigoberta Menchú Tum apoya la labor y el compromiso de la Fundación Comparte. La Premio Nobel de la PAZ de 1992, apoya su trabajo en América Latina, con el fin de educar en la Cultura de Paz y colaborar en la defensa de los derechos de miles de niños.
En 2003, se involucró con la industria farmacéutica mexicana como presidenta de la compañía "Salud para Todos" (subsidiaria guatemalteca de las "Farmacias Similares", llamadas ahora "Farmacias del Doctor Simi"), con la finalidad de proveer medicinas genéricas a bajos precios. Sin embargo, en 2008, su participación en este sector terminó, quedó fuera del Consejo de administración de "Salud para Todos" a partir de diferencias existentes con el dueño de la sociedad, el millonario mexicano Víctor González Torres; además de resultados competitivos bajos en el sector farmacéutico guatemalteco. 

1 comentario:

Meli dijo...

Oppps, lo siento, Juana, he repetido el vídeo....