jueves, julio 06, 2006

Normas de prácticas no sexistas

El IES Azahar, de Sevilla, se declara zona no sexista, adscrito al Plan de Igualdad y Coeducación de la Junta de Andalucía.

Esta guía de buenas prácticas protege y ampara derechos individuales con independencia de la edad, inclinación sexual o condición de las personas.
  1. La igualdad y la coeducación se irán reflejando en impresos, convocatorias y textos oficiales a todos los niveles, empezando por el Plan de Centro.
  2. La adaptación curricular al uso de ambos géneros, para evitar el masculino como genérico y hacer visible el femenino de las mujeres, se hará con naturalidad progresiva, con el mínimo desgaste y sin que nadie se incomode.
  3. No se permitirá cualquier actitud de palabra, obra u omisión que conscientemente perjudique la igualdad de trato y la coeducación de sexos.
  4. Salvo mejor intención, se prohíbe la circulación de materiales que dañen la sensibilidad y principios de igualdad y coeducación.
  5. Son reprobables comportamientos amparados en familiaridad o confianza de trato, tales como chistes con contenidos degradantes, tratamientos segregacionistas y ofensivamente diferenciadores.
  6. No se permitirá el uso de apodos o epítetos denigrantes.
  7. Se evitarán bromas y comentarios que intenten descalificar o ridiculizar el soporte ideológico de estas normas y puedan repercutir negativamente en las personas y en la marcha del Plan, en especial en temas tan serios como los malos tratos, el acoso y la violencia sexista que generan un desequilibrio que viene de siglos.
  8. Para un diagnóstico precoz de posibles malos tratos en las relaciones entre menores (amistad, noviazgos), las tutorías, el departamento de Orientación y los Órganos colegiados tomarán las medidas oportunas de manera que se puedan detectar situaciones de presuntos malos tratos lo antes posible, para poder poner en marcha las intervenciones necesarias (familia, asuntos sociales ,etc.). Así mismo se colaborará con los organismos que tengan planes en este mismo sentido (Ayuntamiento, Instituto de la mujer...).
  9. Teniendo en cuenta que en muchos casos los comportamientos sexistas se explican por desconocimiento o falta de costumbre, más que por mala fe y voluntad de herir, se harán campañas de propaganda y sensibilización y el instituto se irá fijando un calendario de plazos y objetivos razonables.

Memoria final de Coeducación

La coeducación es cosa de todas y de todos

El Plan de Igualdad aprobado por la Junta de Andalucía el día 2 de noviembre de 2005 surge a raíz de las instrucciones de la Unión Europa que había establecido el 2005 como fecha tope para impulsar el proyecto “Estrategias Marco - comunitarias sobre la igualdad 2001-05”. Asimismo, la aprobación de la “Ley integral contra la violencia de género” establecía la necesidad de revisar los sistemas educativos para fomentar la educación en valores y la igualdad de derechos de hombres y mujeres.
A pesar de que en España existe una igualdad legal entre mujeres y hombres, esa igualdad no es real por los modelos culturales de género dominantes en nuestra sociedad que no pueden desaparecer simplemente por un cambio de leyes. En las últimas décadas se ha producido una gran revolución con la incorporación de la mujer al mercado laboral, sin embargo el hombre aún no ha asumido su papel en la casa de colaboración y participación. Ese desajuste está provocando una sobrecarga en las tareas de la mujer que debe realizar doble trabajo, una dependencia de los abuel@s para ayudar a criar a l@s niñ@s pequeñ@s, con los problemas que produce en muchos casos en la educación; adolescentes que “se crían solos”, sin límites ni control, mientras los padres y madres trabajan; problemas en ancian@s que no son atendid@s por sus familiares ni por las administraciones a pesar de que la población ha envejecido muchísimo... y muchos más cambios que esta sociedad debe ir aprendiendo a resolver.

Con todo este fondo social el Plan de Igualdad pretende abordar el problema en las escuelas e institutos para introducir la perspectiva de género en l@s adolescentes, en el profesorado, padres/madres y personal no docente. Para ello se nos ha encomendado elaborar un diagnóstico de la situación analizando diversos parámetros y utilizando encuestas.

Somos conscientes de la necesidad de trabajar en nuestro ámbito para conseguir que la igualdad de derechos entre las mujeres y los hombres no quede simplemente en una declaración de intenciones, pero también somos conscientes de que esos cambios serán lentos y para ello será necesaria la suma de voluntades y esfuerzos de toda la sociedad y, en primer lugar, de las instituciones políticas. Y en ese sentido queremos dejar muy patente nuestra protesta por la forma en que la Junta ha depositado sobre nuestras espaldas una responsabilidad que excede a nuestras capacidades:
  1. Ha nombrado a coordinadores/as sin preparación y en medio del curso con un horario y unas tareas ya asignadas y sin ningún tipo de compensación.
  2. El curso de formación ofrecido ha debido realizarse en horario extraescolar y a expensas de la buena voluntad del profesorado que, una vez más, ofrece su tiempo en aras de la mejor calidad de la enseñanza, sin recibir nada a cambio.
  3. El material ofrecido por el CEP de Sevilla, gracias sean dadas aquí a su esfuerzo y dedicación para resolver nuestras dudas, ha tenido que ser reelaborado, adaptado, modificado o creado por cada coordinador/a para adaptarlo a su centro a la hora de elaborar el diagnóstico. Ningun@ de nosotr@s somos sociólog@s ni expert@s en estadística para elaborar un auténtico estudio sociológico que ni siquiera la Junta ha elaborado jamás con todo el personal especializado de que puede disponer.
  4. Uno de los grandes apartados que debe contener ese Diagnóstico lo constituyen la segregación por sexos no solo del alumnado, profesorado y personal no docente, sino de los resultados académicos, el índice de absentismo y de partes de incidencias. Toda esa información la posee ya la Junta por el programa Séneca al que no habría más que añadir un ítem más para el análisis: el sexo. Bien, en la presentación del Plan a tod@s l@s coordinador@s se le pidió, por escrito, que nos remitieran esos datos para aliviar la carga de la tarea. Una promesa, fruto de la improvisación de la mesa, olvidada por parte de los responsables que vuelve a ahondar el desencanto del profesorado.
  5. Para un buen diagnóstico sobre coeducación, habría sido necesario aplicar el mismo tipo de encuestas en todos los centros y establecer los mismos criterios de corrección. Sin embargo cada centro es un mundo: en uno hay un grupo de personas trabajando muy unid@s, en otros algunas personas están sensibilizadas con el tema y colaboran con l@s coordinador@s; y en otros casos la persona coordinadora ha sido elegida al azar en medio de un claustro que no cree en el tema y que no va a colaborar mucho.
Cuando estas quejas llegan a algún cargo superior, el mensaje “haced lo que podáis” produce un efecto contraproducente, no sirve para ayudarte, al contrario, dudas de que sirva para algo la cantidad de horas recontando datos, elaborando estadísticas, sacando conclusiones. Parecería que de lo que se trata es de hacer el paripé: ya tenemos aprobado el Plan de Igualdad, ya tenemos coordinador@s en cada centro, ya hemos hecho el diagnóstico y “efectivamente, las mujeres se encargan de la tarea de la casa y del cuidado de los hij@s tanto las que trabajan fuera como las que no”.

Por eso ¿serán significativas esas encuestas? ¿Son válidos los registros que se contemplan en ellas para medir la coeducación? Y en el caso de que lo fuesen, probablemente no nos diría nada que no sabemos: por supuesto que hay sexismo en la escuela, y en la calle, y en la casa, entre el profesorado y entre el alumnado, no hay más que estar viv@ para comprobarlo.
Lo importante será establecer unas pautas, unas actividades para ir corrigiendo esas desigualdades; esa debe ser la auténtica tarea a abordar para los cursos venideros: desde el diseño del Proyecto curricular del centro, desde las programaciones de las distintas asignaturas, desde las tutorías, desde los materiales, desde las actividades interdisciplinares, desde el trabajo con las familias, el objetivo común, en el que toda la comunidad educativa debe implicarse, ha de ser contribuir a acabar con esas desigualdades reales de derechos entre mujeres y hombres para conseguir un mundo más justo, más igual.
No obstante, como somos personas disciplinadas, “hemos hecho lo que hemos podido” en nuestro centro y hemos elaborado nuestro diagnóstico. Puede consultarse el diagnóstico en gráficos y la memoria completa de coeducación.

sábado, julio 01, 2006

ELEGÍA (Mirta Rosenberg)

De las historias de mujeres que nos estremecen porque siempre nos reconocemos en ellas. Historia de tres generaciones, historia de incomprensiones, extrañezas y reconocimientos. La experiencia es distinta, el sentimiento es el mismo. El paso de una dimensión a otra produce vértigo, por eso quién se atreve a detenerse a examinarlo, quién a relatarlo.

En la época de mi madre
las mujeres eran probables.
Mi madre se sentaba junto a mi abuela
y las dos eran completamente de carne y hueso.

Yo soy apenas una secuela estable
de aquel exceso de realidad.

Y en la ansiedad del pasado indefinido,
en el aspecto durativo de elegir,
escribo ahora: una elegía.

En la época de mi madre
las mujeres eran perdurables,
completamente hueso y carne.
Mi madre se ponía el collar
de plata y de turquesas
que mi padre le había traído de Suecia
y se sentaba a la mesa como una especie exótica,
para que todo se volviera más grande que la vida,
y cualquier ficción fuera posible.

En la época de mi madre, las mujeres
eran un quid: mi madre nos contó
a mi hermano y a mí: "cuando salía de la escuela,
iba a buscar a mi padre al trabajo,
en Santa Fe, y los compañeros le decían es un biscuit,
tu hija es un biscuit, y nunca supe qué querían decir,
qué era un biscuit", un bizcocho estando muy enferma,
una porcelana exquisita todavía para nosotros,
y mi hermano apurándola: "¿Y?"

No sé qué es un biscuit, ¿una especie exótica
algo de todos modos, especial? Igual
andaba delicadamente por la casa, rozando los ochenta
como se roza una herida
con una gasa.

En la época de mi madre
las mujeres eran muy visibles.
Mi madre se miraba en los espejos
y yo no llegaba a abarcar
su imagen con mis ojos. Me excedía,
la intuía a lo lejos como algo que se añora.

Como ahora,
una elegía.

A la criatura adorable
fijada en lo remoto de la foto,
que ya a los ocho años parecía
más grande que la vida: te extraño,
aunque no te conocía. Eso fue antes
que a mí me dieras vida
en un tamaño apenas natural.

Igual,
una elegía.

Y a la otra de la foto que espero
conservar, la mujer bella que sostiene
el libro ante la hija de un año
en el engaño de la lectura:
te quiero por lo que dura, y es suficiente
leer en el presente, aunque se haya apagado
tu estrella.

Por ella,
una elegía.

Ahora soy la fotografía
y vos el líquido revelador. Tu muerte
me convierte en yo: como una ciencia aplicada
soy la causa y el efecto,
el ensayo y el error, este vacío
de la nada que golpea mi corazón
como cáscara vacía.

Una elegía,
cada vez con más razón.

Mirta Rosenberg nació en Rosario (Santa Fe, Argentina), el 7 de octubre de 1951. Actualmente reside en Buenos Aires. Es traductora. Publicó los libros de poesía: Pasajes (Trocadero, 1984); Madam (Libros de Tierra Firme, 1988) y Teoría sentimental (Libros de Tierra Firme, 1994). Forma parte del Consejo de Dirección de Diario de Poesía desde su formación
(estos versos pertenecen a El arte de perder)