El Plan de Igualdad aprobado por la Junta de Andalucía el día 2 de noviembre de 2005 surge a raíz de las instrucciones de la Unión Europa que había establecido el 2005 como fecha tope para impulsar el proyecto “Estrategias Marco - comunitarias sobre la igualdad 2001-05”. Asimismo, la aprobación de la “Ley integral contra la violencia de género” establecía la necesidad de revisar los sistemas educativos para fomentar la educación en valores y la igualdad de derechos de hombres y mujeres.
A pesar de que en España existe una igualdad legal entre mujeres y hombres, esa igualdad no es real por los modelos culturales de género dominantes en nuestra sociedad que no pueden desaparecer simplemente por un cambio de leyes. En las últimas décadas se ha producido una gran revolución con la incorporación de la mujer al mercado laboral, sin embargo el hombre aún no ha asumido su papel en la casa de colaboración y participación. Ese desajuste está provocando una sobrecarga en las tareas de la mujer que debe realizar doble trabajo, una dependencia de los abuel@s para ayudar a criar a l@s niñ@s pequeñ@s, con los problemas que produce en muchos casos en la educación; adolescentes que “se crían solos”, sin límites ni control, mientras los padres y madres trabajan; problemas en ancian@s que no son atendid@s por sus familiares ni por las administraciones a pesar de que la población ha envejecido muchísimo... y muchos más cambios que esta sociedad debe ir aprendiendo a resolver.
Con todo este fondo social el Plan de Igualdad pretende abordar el problema en las escuelas e institutos para introducir la perspectiva de género en l@s adolescentes, en el profesorado, padres/madres y personal no docente. Para ello se nos ha encomendado elaborar un diagnóstico de la situación analizando diversos parámetros y utilizando encuestas.
Somos conscientes de la necesidad de trabajar en nuestro ámbito para conseguir que la igualdad de derechos entre las mujeres y los hombres no quede simplemente en una declaración de intenciones, pero también somos conscientes de que esos cambios serán lentos y para ello será necesaria la suma de voluntades y esfuerzos de toda la sociedad y, en primer lugar, de las instituciones políticas. Y en ese sentido queremos dejar muy patente nuestra protesta por la forma en que la Junta ha depositado sobre nuestras espaldas una responsabilidad que excede a nuestras capacidades:
- Ha nombrado a coordinadores/as sin preparación y en medio del curso con un horario y unas tareas ya asignadas y sin ningún tipo de compensación.
- El curso de formación ofrecido ha debido realizarse en horario extraescolar y a expensas de la buena voluntad del profesorado que, una vez más, ofrece su tiempo en aras de la mejor calidad de la enseñanza, sin recibir nada a cambio.
- El material ofrecido por el CEP de Sevilla, gracias sean dadas aquí a su esfuerzo y dedicación para resolver nuestras dudas, ha tenido que ser reelaborado, adaptado, modificado o creado por cada coordinador/a para adaptarlo a su centro a la hora de elaborar el diagnóstico. Ningun@ de nosotr@s somos sociólog@s ni expert@s en estadística para elaborar un auténtico estudio sociológico que ni siquiera la Junta ha elaborado jamás con todo el personal especializado de que puede disponer.
- Uno de los grandes apartados que debe contener ese Diagnóstico lo constituyen la segregación por sexos no solo del alumnado, profesorado y personal no docente, sino de los resultados académicos, el índice de absentismo y de partes de incidencias. Toda esa información la posee ya la Junta por el programa Séneca al que no habría más que añadir un ítem más para el análisis: el sexo. Bien, en la presentación del Plan a tod@s l@s coordinador@s se le pidió, por escrito, que nos remitieran esos datos para aliviar la carga de la tarea. Una promesa, fruto de la improvisación de la mesa, olvidada por parte de los responsables que vuelve a ahondar el desencanto del profesorado.
- Para un buen diagnóstico sobre coeducación, habría sido necesario aplicar el mismo tipo de encuestas en todos los centros y establecer los mismos criterios de corrección. Sin embargo cada centro es un mundo: en uno hay un grupo de personas trabajando muy unid@s, en otros algunas personas están sensibilizadas con el tema y colaboran con l@s coordinador@s; y en otros casos la persona coordinadora ha sido elegida al azar en medio de un claustro que no cree en el tema y que no va a colaborar mucho.
Por eso ¿serán significativas esas encuestas? ¿Son válidos los registros que se contemplan en ellas para medir la coeducación? Y en el caso de que lo fuesen, probablemente no nos diría nada que no sabemos: por supuesto que hay sexismo en la escuela, y en la calle, y en la casa, entre el profesorado y entre el alumnado, no hay más que estar viv@ para comprobarlo.
Lo importante será establecer unas pautas, unas actividades para ir corrigiendo esas desigualdades; esa debe ser la auténtica tarea a abordar para los cursos venideros: desde el diseño del Proyecto curricular del centro, desde las programaciones de las distintas asignaturas, desde las tutorías, desde los materiales, desde las actividades interdisciplinares, desde el trabajo con las familias, el objetivo común, en el que toda la comunidad educativa debe implicarse, ha de ser contribuir a acabar con esas desigualdades reales de derechos entre mujeres y hombres para conseguir un mundo más justo, más igual.No obstante, como somos personas disciplinadas, “hemos hecho lo que hemos podido” en nuestro centro y hemos elaborado nuestro diagnóstico. Puede consultarse el diagnóstico en gráficos y la memoria completa de coeducación.
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