Safo no fue la única poeta en los tiempos misteriosos y románticos del amanecer de la lírica. Hubo otras, pero murieron jóvenes, demasiado jóvenes. LEONIDAS de TARENTO dijo de ERINA que era como una abeja que directamente libaba las flores de las Musas, pero que Hades la raptó para que fuera su desposada. Como ella misma dice en este bello fragmento, la muerte es envidiosa:
PARA UNA MUCHACHA RECIÉN CASADA
Yo soy la prometida de Baucis;
y al pasar por mis umbrales,
bajo los que tanto he llorado,
tu majestad dijo esto a la Muerte,
la que tiene bajo tierra su morada:
“Tienes envidia, muerte”,
y la estatua polícroma
le dice cuando él la mira
que su suerte es la más amarga,
le cuenta como su padre
encendió las antorchas
en la pira de la joven,
esas antorchas que deberían haber iluminado
el camino
de la nupcial comitiva.
Y tú, himeneo, tuviste que cambiar
el dulce epitalamio
en fúnebres lamentos.
Yo soy la prometida de Baucis;
y al pasar por mis umbrales,
bajo los que tanto he llorado,
tu majestad dijo esto a la Muerte,
la que tiene bajo tierra su morada:
“Tienes envidia, muerte”,
y la estatua polícroma
le dice cuando él la mira
que su suerte es la más amarga,
le cuenta como su padre
encendió las antorchas
en la pira de la joven,
esas antorchas que deberían haber iluminado
el camino
de la nupcial comitiva.
Y tú, himeneo, tuviste que cambiar
el dulce epitalamio
en fúnebres lamentos.
CORINA, poeta de Beocia, vivió brevemente en el siglo VI a.C. Murió a los dieciocho años, pero tuvo tiempo enseñar al gran Píndaro a componer sus poemas y de ser incluida por algunos en el catálogo de las musas. Famosa fue su composición “La rueca”, pero prácticamente nada queda de ella, ni de su voz, “clara como la de las golondrinas”:
Terpsícore me contó
adorables historiaspara cantar
a las mujeres de blancos peplos de Tanagra,
y disfrutó grandemente la ciudad
con mi voz, clara como la de las golondrinas.
adorables historiaspara cantar
a las mujeres de blancos peplos de Tanagra,
y disfrutó grandemente la ciudad
con mi voz, clara como la de las golondrinas.
Traducción y tratamiento de imagen (detalle de la Natividad, de Boticelli), de A.San Martín
1 comentario:
Gracias, Meli, por darnos a conocer las palabras de esas mujeres olvidadas por el paso del tiempo y la desidia de una cultura básicamente masculina.
Publicar un comentario