El 8 de abril de 2010 se celebró una mesa redonda sobre feminicidio e impunidad en América Latina: el caso de Guatemala.
Inauguró el acto Olga Pozo, Jefa del Departamento de Cooperación para Centroamérica y Caribe, Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Formaban la mesa Walda Barrios, consejera asesora de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas, Angélica Valenzuela, directora del Centro de Investigación, Capacitación y Apoyo a la Mujer guatemalteca (CICAM) y Esmeralda Alfaro, de la asociación de mujeres "Tierra Viva".
Según estadísticas del Ministerio de Gobernación de Guatemala, en 2009 fueron asesinadas 708 mujeres y se han contabilizado más de 1.400 casos de denuncias de violencia. Los datos son escalofriantes si tenemos en cuenta que realizar una denuncia implica:
- en primer lugar la comprensión de la mujer de que no tiene que sufrir la violencia por el hecho de ser mujer.
- luego tiene que encontrar apoyo en la familia para que comprenda su situación y CREA LO QUE DICE.
- Más tarde superar el rechazo social de la comunidad por denunciar a un hombre, y más aún si es su marido (con el matrimonio se contrae el "débito conyugal", la mujer se somete a la voluntad del marido) .
- Eso implica RECUPERAR LA HONORABILIDAD DE ELLA Y DE SU FAMILIA antes de iniciar una investigación (ejemplo del caso de Claudina, una joven asesinada y cuyo caso no fue investigado por llevar un "arete" en el ombligo, lo cual le hacía responsable de su muerte: "va provocando".
- Y finalmente disponer de dinero para sostener un juicio, y mucha paciencia y constancia.
Esmeralda Alfaro, de "Tierra viva" destacó que a pesar de que ya existen leyes y acuerdos internacionales contra el femicidio y contra la explotación sexual, solo se aplica en el área metropolitana y a una parte de la población, la más culta. Guatemala, uno de los países más pobres de América, tiene unos 13 millones de habitantes, de ellos la mitad es población indígena de origen maya donde el analfabetismo de las mujeres llega al 70%. Existen 20 lenguas aunque el idioma oficial es el castellano.
Así que pocas mujeres denuncian por lo excesivamente difícil que es y la poca respuesta que encuentran. Desde que se aprobó la ley contra el femicidio, el 2 de mayo de 2008, gracias a la presión de organizaciones de mujeres guatemaltecas y de la Unión Europea, solo se han producido 11 condenas por asesinatos de mujeres.
No obstante reconocen el gran avance que ha supuesto la aprobación de esa ley por la consideración de esa violencia contra las mujeres como delito. Hasta ahora los delitos contra la propiedad eran considerados más importantes, a la hora de iniciar una investigación, que el asesinato de una mujer.
Pero el camino es largo y hay que invertir en la aplicación de la ley en zonas rurales, en un cambio profundo en la mentalidad de la sociedad y en una formación de las instituciones, jueces y fuerzas del estado. Por ello es necesario establecer alianzas entre asociaciones de mujeres y sensibilizar a la población para el cambio de mentalidad desde todos los ámbitos posibles.
El término femicidio o feminicidio pueden parecer sinónimos pero Marcela Lagarde, teórica, antropóloga y diputada mexicana, estableció la diferencia en las denuncias de los asesinatos de Ciudad Juarez. Femicidio, equivalente a homicidio, sería el asesinato de mujeres; sin embargo Lagarde eligió el término feminicidio, paralelo a genocidio, porque se trata de asesinatos de mujeres "por el hecho de ser mujeres", lo cual añade un matiz político al tema puesto que desvela una latente misoginia al denunciar la impunidad de esos asesinatos y la no implicación de las autoridades para erradicarlo.
El feminicidio, entendido como el asesinato de mujeres por el solo hecho de ser mujeres hace referencia a la forma más brutal de violencia contra las mujeres en todo el mundo.
Inauguró el acto Olga Pozo, Jefa del Departamento de Cooperación para Centroamérica y Caribe, Agencia Andaluza de Cooperación Internacional para el Desarrollo. Formaban la mesa Walda Barrios, consejera asesora de la Unión Nacional de Mujeres Guatemaltecas, Angélica Valenzuela, directora del Centro de Investigación, Capacitación y Apoyo a la Mujer guatemalteca (CICAM) y Esmeralda Alfaro, de la asociación de mujeres "Tierra Viva".
Según estadísticas del Ministerio de Gobernación de Guatemala, en 2009 fueron asesinadas 708 mujeres y se han contabilizado más de 1.400 casos de denuncias de violencia. Los datos son escalofriantes si tenemos en cuenta que realizar una denuncia implica:
- en primer lugar la comprensión de la mujer de que no tiene que sufrir la violencia por el hecho de ser mujer.
- luego tiene que encontrar apoyo en la familia para que comprenda su situación y CREA LO QUE DICE.
- Más tarde superar el rechazo social de la comunidad por denunciar a un hombre, y más aún si es su marido (con el matrimonio se contrae el "débito conyugal", la mujer se somete a la voluntad del marido) .
- Eso implica RECUPERAR LA HONORABILIDAD DE ELLA Y DE SU FAMILIA antes de iniciar una investigación (ejemplo del caso de Claudina, una joven asesinada y cuyo caso no fue investigado por llevar un "arete" en el ombligo, lo cual le hacía responsable de su muerte: "va provocando".
- Y finalmente disponer de dinero para sostener un juicio, y mucha paciencia y constancia.
Esmeralda Alfaro, de "Tierra viva" destacó que a pesar de que ya existen leyes y acuerdos internacionales contra el femicidio y contra la explotación sexual, solo se aplica en el área metropolitana y a una parte de la población, la más culta. Guatemala, uno de los países más pobres de América, tiene unos 13 millones de habitantes, de ellos la mitad es población indígena de origen maya donde el analfabetismo de las mujeres llega al 70%. Existen 20 lenguas aunque el idioma oficial es el castellano.
Así que pocas mujeres denuncian por lo excesivamente difícil que es y la poca respuesta que encuentran. Desde que se aprobó la ley contra el femicidio, el 2 de mayo de 2008, gracias a la presión de organizaciones de mujeres guatemaltecas y de la Unión Europea, solo se han producido 11 condenas por asesinatos de mujeres.
No obstante reconocen el gran avance que ha supuesto la aprobación de esa ley por la consideración de esa violencia contra las mujeres como delito. Hasta ahora los delitos contra la propiedad eran considerados más importantes, a la hora de iniciar una investigación, que el asesinato de una mujer.
Pero el camino es largo y hay que invertir en la aplicación de la ley en zonas rurales, en un cambio profundo en la mentalidad de la sociedad y en una formación de las instituciones, jueces y fuerzas del estado. Por ello es necesario establecer alianzas entre asociaciones de mujeres y sensibilizar a la población para el cambio de mentalidad desde todos los ámbitos posibles.
El término femicidio o feminicidio pueden parecer sinónimos pero Marcela Lagarde, teórica, antropóloga y diputada mexicana, estableció la diferencia en las denuncias de los asesinatos de Ciudad Juarez. Femicidio, equivalente a homicidio, sería el asesinato de mujeres; sin embargo Lagarde eligió el término feminicidio, paralelo a genocidio, porque se trata de asesinatos de mujeres "por el hecho de ser mujeres", lo cual añade un matiz político al tema puesto que desvela una latente misoginia al denunciar la impunidad de esos asesinatos y la no implicación de las autoridades para erradicarlo.
El feminicidio, entendido como el asesinato de mujeres por el solo hecho de ser mujeres hace referencia a la forma más brutal de violencia contra las mujeres en todo el mundo.
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