domingo, octubre 11, 2009

Hipatia de Alejandría, una vida y una muerte llevadas al cine

Este artículo ya ha sido publicado por los alumnos y alumnas del departamento de Lenguas Clásicas en el blog del centro, pero creo que por su temática puede interesar también a los lectores de La Naranja. Lo escribieron el curso pasado cuando desarrollábamos el tema de la mujer en Grecia (tanto antigua como actual, tanto en la realidad como en la ficción). Supimos entonces que Amenábar preparaba una película sobre Hipatia de Alejandría. Iremos a ver Ágora, por fin, el próximo martes. ¿Quién fue su protagonista?


En una época en que eran verdaderas excepciones las mujeres que tenían acceso al conocimiento, Hipatia no sólo pudo alcanzarlo sino que además pudo alcanzar renombre y ser respetada por ello en los círculos más altos de la intelectualidad.
La leyenda de Hipatia de Alejandría nos muestra a una joven, virgen y bella, matemática y filósofa, cuya muerte violenta marca un punto de inflexión entre la cultura del razonamiento griego y el oscurantismo del mundo medieval. Como ocurre con todas las biografías de los matemáticos (y matemáticas) de la antigüedad, se sabe muy poco de su vida, y de su obra se conoce sólo una pequeña parte. Fue recordada como una gran maestra y admirada por la magnitud de sus conocimientos. Era considerada como el mejor matemático vivo del mundo greco-romano. Enseñó Matemáticas, Astronomía y Filosofía, escribió un trabajo titulado “El Canón Astronómico”, comentó las grandes obras de la matemática griega como la “Aritmética” de Diofanto, “Las Cónicas” de Apolonio, el libro III del “Almagesto” de Tolomeo; probablemente comentara junto a su padre los “Elementos” de Euclides y el resto del “Almagesto”. Construyó instrumentos científicos como el astrolabio y el hidroscopio.


La “revancha” de Hipatia llegó, aunque tardó más de mil años. La Ilustración se encargó de recuperar sus tesis y su figura. Toland y Voltaire consideraron la vida de Hipatia como expresión de la irracionalidad del fanatismo religioso, y en el Romanticismo la recrearon como la encarnación del espíritu de Platón y el cuerpo de Afrodita.

A comienzos del siglo XVIII, el erudito deísta John Toland usó su muerte como base para un extenso panfleto anticatólico titulado "Hipatia, o la historia de una las damas más hermosas, virtuosas, cultas y distinguidas en todos los aspectos; que fue despedazada por el clero de Alejandría para satisfacer el orgullo, la envidia, y la crueldad de su arzobispo, común pero inmerecidamente llamado San Cirilo, donde la califica de "encarnación de la belleza y el saber", sosteniendo que los varones deberían "avergonzarse para siempre de que pudiera encontrarse entre ellos alguien tan brutal y salvaje como para, en lugar de embriagarse con la admiración de tanta belleza y sabiduría, manchar sus manos de la manera más bárbara con la sangre de Hipatia, y sus almas impías con el estigma de haber cometido un crimen sacrílego". La obra de Toland es considerada una de la más influyentes en la formación del mito de Hipatia (wikipedia).

También se convirtió en icono del feminismo. Y ahora en 2009, su historia será contada en una gran película por Alejandro Amenabar, de la mano de Mateo Gil, coautor del guión.

"El rodaje, que ha durado 15 semanas, se ha desarrollado en la isla de Malta, en los mismos escenarios que sirvieron a Gladiador (2000) concretamente la zona del Fuerte Ricasolli. Las nuevas técnicas digitales y los grandes decorados han permitido, como puede verse ya en el trailer que a partir de hoy se proyecta en los cines, una recreación ambiciosa y espectacular de la ciudad de Alejandría, de sus calles, sus edificios y sus templos, incluyéndose su faro, una de las siete maravillas de la Antigüedad, desaparecido en el Siglo XIV tras un terremoto que azotó la ciudad" (unmundodecine.com).




Durante la época de Hipatia, Alejandría traspasaba un momento muy conflictivo, al igual que Roma, pues el cristianismo había adquirido mucho poder sobre todo después de que el Imperio Romano lo adopatara. Esto presentaba una pugna de intereses, pues para la nueva doctrina religiosa, el conocimiento como el de Hipatia era pagano.

En el año de 415 (d. e. c.), se inició una persecución contra todos los académicos del Museo y se les daba la opción de convertirse a la nueva fe o morir. Esto implicaba rechazar todo el conocimiento que tanto trabajo les había costado alcanzar. Hipatia se negó a serlo y se mantuvo firme a sus convicciones por lo que fue acusada de conspirar contra Ciryl, líder cristiano de Alejandría. Unos días después, un grupo enardecido de fanáticos religiosos interceptó el trasporte en el que se dirigía a trabajar, la arrancaron de éste y con filos de conchas marinas le fueron arrancando la piel hasta que ella por el dolor y desangrada murió.

El asesinato de Hipatía quedó impune al posponerse repetidas veces la propuesta de investigación que solicitó Orestes a Roma. Sus atemorizados discípulos no rescataron sus ideas ni su obra ante los violentos sucesos de la época y con su muerte desapareció también todo el avance matemático griego que ya no resurgiría hasta el Renacimiento, por lo que se la considera como símbolo del fin de la Ciencia antigua.

Poco tiempo después, la Biblioteca, el Museo así como otras instituciones y templos representantes de la cultura "pagana", fueron quemados. Ciryl fue canonizado y proclamado santo.


Para saber más:

Hipatia en DivulgaMAT

CULTURA: Huellas de Mujeres


Carl Sagan: la Biblioteca de Alejandría e Hipatia en Cosmos

En Wikipedia:
Este artículo está extraído en su totalidad de la página del Departamento de Clásicas del Azahar,
Lais en Atenas.

4 comentarios:

Juana G. Linares dijo...

Magnifico trabajo. Buen inicio de curso. Que no sea la única colaboración del alumnado, y del profesorado, en este blog.

Meli dijo...

Gracias, Juana. Procuraré, desde la comisión de Coeducación, que haya múltiples colaboraciones en la bitácora. El curso pasado trabajamos mucho el tema de la mujer, tanto Antonia como yo, con nuestro alumnado, y creo que todo ese trabajo podremos reflejarlo aquí este año.

mia dijo...

De verdad,excelente!

Hipatía y la misoginia

cristiana,lo irracional

de las religiones...

Digna de admirar su

inteligencia que no

supo detenerse!

besos

Jesús dijo...

La película va directamente contra la religión y particularmente contra el cristianismo. Lo malo de la trama que cuenta es que es mentira desde el principio hasta el final. Forma parte de la estrategia actual de reescribir la Historia. Hipatia no fue asesinada siendo una joven tan hermosa como Rachel Weisz, de 38 años, sino que murió en el año 415 y tenía 61. No fue famosa por sus dotes de astronomía por más que en la película se empeñen terca y cansadamente, atribuyéndole haberse adelantado a Kepler más de mil años; sino porque era una «divina filósofa» platónica, en palabras del obispo cristiano Sinesio de Cirene –única fuente coetánea que se conserva sobre ella–, a la que llama en sus cartas «madre, hermana, maestra, benefactora mía». El citado obispo, a quien en la película se le hace traidor y cómplice en el asesinato de la filósofa, murió dos años antes que ella, así que es imposible que tuviera nada que ver con su muerte. Ella fue virgen hasta el final, pero no vivió la castidad como ha dicho la protagonista, que se ha declarado feminista radical, «para ser igual que un hombre y poder ejercer una profesión con plena dedicación». Lo hizo porque, coherente con su filosofía, ejercía la Sofrosine, es decir el dominio de uno mismo a través de las virtudes entendidas como el control de los instintos y las pasiones.

Hipatia nunca fue directora de la Biblioteca de Alejandría, ni ésta fue destruida por los talibanes cristianos. La biblioteca fue incendiada por Julio César, saqueada junto con el resto de la ciudad por Aureliano en el año 273, y rematada por Diocleciano en 297. Es verdad que en el año 391 fue destruido lo que quedaba del templo del Serapeo después de la destrucción por los judíos en tiempos de Trajano, y también el repaso que le pegó Diocleciano, quien, para conmemorar la hazaña, puso allí su gran columna, razón por la cual los cristianos lo destruyeron, ya que él era el símbolo de las persecuciones que sufrieron durante trescientos años. Pero lo que allí quedaba de la biblioteca era tanto como lo que restaba en otros sitios. El paganismo siguió existiendo en Alejandría hasta que llegaron los árabes. Y el neoplatonismo siguió floreciendo, hasta que lo recuperó el renacimiento cristiano. Por cierto, que yo sepa, su más brillante exponente se llamaba San Agustín, coetáneo de Hipatia.