Olympe de Gouges (1748-1793), según la Wikipedia, considerada una de las primeras feministas de la historia al reivindicar el papel de la mujer durante la Revolución Francesa. Fundó varias Sociedades Fraternas para ambos sexos. Su pensamiento ilustrado ya era patente en algunas de sus obras de teatro como La esclavitud de los negros donde criticó con dureza la esclavitud.
Defendió la igualdad entre el hombre y la mujer en todos los aspectos de la vida pública y privada, incluyendo la igualdad con el hombre en el derecho a voto, en el acceso al trabajo público, a hablar en público de temas políticos, a acceder a la vida política, a poseer y controlar propiedades, a formar parte del ejército; incluso a la igualdad fiscal así como el derecho a la educación y a la igualdad de poder en el ámbito familiar y eclesiástico.
Su oposición a la ejecución de Luis XVI y su familia y su enfrentamiento a Robespierre la conducirían a la guillotina a los 45 años de edad.
Elaboró en 1791 una Declaración de los derechos de la Mujer y la Ciudadana "Mujer, despierta; el rebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ;Oh, mujeres! ¡Mujeres! ¿Cuándo dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la revolución? Un desprecio más marcado, un desdén más visible. [...] Cualesquiera sean los obstáculos que os opongan, podéis superarlos; os basta con desearlo"
Han pasado más de 200 años y aún estamos trabajando en ello.
Su oposición a la ejecución de Luis XVI y su familia y su enfrentamiento a Robespierre la conducirían a la guillotina a los 45 años de edad.
Elaboró en 1791 una Declaración de los derechos de la Mujer y la Ciudadana "Mujer, despierta; el rebato de la razón se hace oír en todo el universo; reconoce tus derechos. El potente imperio de la naturaleza ha dejado de estar rodeado de prejuicios, fanatismo, superstición y mentiras. La antorcha de la verdad ha disipado todas las nubes de la necedad y la usurpación. El hombre esclavo ha redoblado sus fuerzas y ha necesitado apelar a las tuyas para romper sus cadenas. Pero una vez en libertad, ha sido injusto con su compañera. ;Oh, mujeres! ¡Mujeres! ¿Cuándo dejaréis de estar ciegas? ¿Qué ventajas habéis obtenido de la revolución? Un desprecio más marcado, un desdén más visible. [...] Cualesquiera sean los obstáculos que os opongan, podéis superarlos; os basta con desearlo"
Han pasado más de 200 años y aún estamos trabajando en ello.
1 comentario:
Interesante sería también hablar de Cristina Pizán y su libro "La ciudad de las damas". Valga como sugerencia.
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