sábado, febrero 23, 2008

La Niña de la Puebla y la Niña de los Peines

El 14 de febrero, día de los enamorados, no dio tregua a las mujeres. La desgraciada realidad va más rápida que nosotras publicando en esta sección UNA por UNA.

En Arganda del Rey, Madrid, una mujer de 46 años murió a causa de las puñaladas propinadas presuntamente por su marido, que se ha declarado autor del crimen. Estaban en trámites de separación.

En Adeje (Tenerife), Sofía, de 44 años, su hijo Valentino y su hija Zoe, fueron asesinados presuntamente por Pascuale de 49 años que posteriormente se suicidó.

En su memoria hoy traemos a nuestro blog la figura de dos grandes mujeres del cante flamenco.

Dolores Jiménez Alcántara. "Niña de la Puebla”

En Radio Azahar puedes escuchar su cante

Nació el 28 de julio de 1909 en La Puebla de Cazalla, Sevilla. Ciega desde muy pequeña debido a un mal colirio, se refugió en el cante pese a la oposición de su padre, barbero aficionado al cante.

La Niña de la Puebla, una de las mejores cantaoras que ha dado el flamenco, fue la intérprete que, tras las gafas negras que ocultaban su ceguera, subió a la cima del cante flamenco una copla popular Los campanilleros.

Vivió de niña en Madrid y después en Morón de la Frontera donde actuó por primera vez en público, ganando seguidamente dos concursos de cante, uno en Marchena y otro en Osuna.

Debutó en Sevilla, en el Salón Olimpia en 1931, y al año siguiente lo hizo en Madrid. En 1933, realizó su primera película, Madre Alegría.

En 1936, recorrió todo el país ofreciendo recitales en los teatros más importantes. Cuando finalizó la Guerra Civil Española, comenzó a participar en espectáculos flamencos y recitales en gira continua por España. Trabajo con muchos de los grandes del flamenco Juantio Valderrama, Pepe Marchena, Rafael Farina,...

Dolores Jiménez falleció el 14 de junio de 1999 a causa de una hemorragia cerebral, estaba a punto de cumplir 91 años e iba a recibir de manos de los Reyes la medalla de oro al Mérito de las Bellas Artes.

La Niña de la Puebla aportó dulzura y melancolía, con su voz delicada y llena de matices, fue consumada especialista en los cantes de ida y vuelta y después de triunfar fue profundizando cada vez más en el conocimiento del cante: de los fandangos y las colombianas pasó a soleares, siguiriyas y otros géneros.
Recibió a lo largo de su carrera, que se desarrolló durante varias décadas, cientos de premios.

Pastora Pavón Cruz. “Niña de los Peines”

En Radio Azahar puedes escuchar su cante

Pastora nació en Sevilla en 1890 y murió en 1968. Está considerada la mujer más importante que hasta ahora ha dado el cante flamenco.

Debe su apelativo a que, en sus primeros pasos por el flamenco, cantaba unos "tientos" que precisamente se llamaban "tientos de los peines".

Desde niña manifestó su genialidad: el cante y el baile parecían hechos para ella y a su medida. Formada en un ambiente gitano de grandes artistas de raza, Pastora se saturó de todos los cantes flamencos entonces en boga. Su debut fue a principios del siglo XX, con muy poca edad, tanto que hubo de conseguir un permiso especial para actuar en público.

La Niña de los Peines lo cantó todo, y casi todo a la perfección. Un elemental recorrido por los estilos de cante en que sobresalió esta mujer nos da efectivamente la imagen de una cantaora completa:
Las siguiriyas, por ejemplo, que el público siempre le pedía. En los tangos fue insuperable, por cantidad y por calidad, confiriéndoles una extraordinaria jondura. La petenera fue otra de las cumbres de esta mujer extraordinaria, que llevó ese estilo a su máxima popularidad. La soleá de Mercé la Serneta, a quien había tratado en su juventud. La saeta, de la que fue intérprete genial en tiempos en que cantaban en Sevilla los más grandes del género. Figura suprema de las bulerías. Creadora de estilos como la bambera.

Fue tal su prestigio que García Lorca la propuso como modelo de la cantaora enduendada, y se inspiró en su cante para escribir su "Teoría y juego del duende".

Ella escapó a todas las tentaciones de la heterodoxia flamenca que habían de rondarle a lo largo de su vida, tales como la Ópera Flamenca, cante orquestal, coplerismo folletinesco, virtuosismo vocal, cantes mechados con recitados poéticos que reinaron entre 1920 y 1950 aproximadamente.

En mayo de 1961, en Córdoba, se le brindó a Pastora un homenaje nacional de admiración y gratitud por haber conservado como nadie los tesoros del cante flamenco y transmitirlo de modo único como ella lo había hecho.

En noviembre de 1968, a iniciativa de la "Tertulia Flamenca" de Radio Sevilla -en el mismo barrio de la Alameda de Hércules- se inauguraba el monumento a Pastora Pavón, "NIÑA DE LOS PEINES". Este monumento fue erigido estando en vida Pastora. Es un busto sobre un pedestal en el que constan sus nombres y el título de PETENERA.

Fuente: Biografías de mujeres andaluzas

Texto escrito con la colaboración del alumnado de 2º de Bachillerato.

1 comentario:

Rumbonín dijo...

Creo que tengo todo lo que grabó Pastora Pavón, no obstante añado a favoritos todo lo que encuentro de ella, estoy rendido absolutamente a la voz de esta mujer.

Gracias por el post:)