Releo el correo pendiente del verano y con él vuelven noticias que pasan desapercibidas en los telediarios. En este caso es sobre la relación que existe entre la producción de biodiesel en el mundo y el hambre en los países productores. La disparatada subida del petróleo en los últimos meses ha llevado a los países desarrollados a buscar alternativas energéticas que permitan mantener el nivel de consumo de nuestros automóviles. La solución, en lugar de invertir y desarrollar las fuentes de energía “limpias”, es apostar por los biocombustibles para lo que se están utilizando enormes extensiones de tierra fértil en Asia, África y América que era la fuente de alimentación de las poblaciones locales.
Ello está produciendo una subida en los precios de los alimentos básicos como el arroz con el consiguiente desplazamiento de poblaciones que huyen de sus tierras para paliar el hambre. Y, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación), quienes pueden ser más perjudicadas aún serán las mujeres.
Es nuestra obligación, como ciudadan@s del mundo, conocer los efectos que está produciendo ese carburante, biodiesel, que aparece como más ecológico, más limpio, cuando llegamos a la gasolinera.
Informémonos bien y no miremos para otro lado. Es nuestra responsabilidad también.
Ello está produciendo una subida en los precios de los alimentos básicos como el arroz con el consiguiente desplazamiento de poblaciones que huyen de sus tierras para paliar el hambre. Y, según la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la agricultura y la alimentación), quienes pueden ser más perjudicadas aún serán las mujeres.
Es nuestra obligación, como ciudadan@s del mundo, conocer los efectos que está produciendo ese carburante, biodiesel, que aparece como más ecológico, más limpio, cuando llegamos a la gasolinera.
Informémonos bien y no miremos para otro lado. Es nuestra responsabilidad también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario