Nueva víctima de esta violencia machista que no cesa. Mujer de 36 años encontrada muerta y quemada en un parque de Gandía (Valencia) el pasado viernes.
En su recuerdo rescatamos del pasado a Josefa Amar y Borbón, hidalga aragonesa, hija del famoso médico de cámara de Fernando VI, José Amar, y de Ignacia de Borbón; emparentada con muy ilustres familias de la región e incluso con el Conde de Aranda. En toda su familia destacaban las profesiones liberales de médico o abogado. Sus hermanos se dedicaron a la milicia y a la Iglesia; se casó a los 23 años con un hombre viudo al que apenas conocía, mucho mayor que ella Joaquín Fuentes Piquer, oidor de la Audiencia de Aragón, que murió tras grave enfermedad en 1798. También murió trágicamente su hijo Felipe. En 1782 fue nombrada socia de mérito de la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País. En 1787 lo fue de la Junta de Damas, vinculada a la Real Sociedad de Madrid, y posteriormente de la Real Sociedad Médica de Barcelona. Se dedicó principalmente a la traducción de obras extranjeras, principalmente científicas.
Foto: Honoré Fragonard (1732-1809) "Muchacha leyendo"
Tuvo eruditos preceptores y fue una lectora apasionada. Para poder satisfacer su ansia de saber aprendió latín, griego, italiano, inglés, francés, portugués, catalán y un poco de alemán. También le interesaron las cuestiones bibliográficas. Alcanzó, pues, una erudición más que notable, que ejerció con independencia de juicio y en los parámetros de un europeísmo universalista y no tuvo igual entre las escritoras españolas de su siglo. Conocía toda la obra de los ilustrados e ideólogos franceses y la de John Locke, y su pensamiento pasó de una Ilustración avanzada a un liberalismo convencido. Aborreció la extrema religiosidad de la cultura de la época y se mostró en todo como una laica convencida; nunca citó a escritoras religiosas: para ella, como si Santa Teresa y sor Juana no hubieran existido. En ese sentido, su feminismo fue más radical incluso que el de su contemporánea Margarita Hickey. Desaprueba que las niñas se eduquen en conventos de monjas y que incluso existan los conventos de monjas. Defendió en la Real Sociedad Económica Aragonesa de Amigos del País de que formaba parte la independencia y dignidad de la mujer, por medio de su traducción de uno de los libros europeos más famosos sobre el tema, el de Knox, Essay moral and literary, y de varios discursos que escribió y pronunció entre 1786 y 1790: Discurso en defensa del talento de las mugeres (1786), Oración gratulatoria . . . a la junta de Señoras (1787) y Discurso sobre la educación física y moral de las mugeres (1790). En todos estos defiende el feminismo de la igualdad: el cerebro no tiene sexo, y la aptitud de las mujeres para el desempeño de cualquier función política o social.
Información: Wikipedia
Reproducimos el final de su Discurso en defensa del talento de las mugeres:
34° Concluyamos, pues, de todo lo dicho que si las mugeres tienen la misma aptitud que los hombres para instruirse; si en todos tiempos han mostrado ser capaces de las ciencias, de la prudencia, y del sigilo, si han tenido y tienen las virtudes Sociales; si su aplicación puede ser conveniente a ellas mismas y al estado; si puede ser un remedio a los desórdenes que tanto se gritan, el aplicarlas a los asuntos que comprehende la Sociedad; si el peligro, que amenaza a ésta de su concurrencia es remoto; y aun éste puede precaberse, no admitiendo sino a las que sean verdaderamente dignas de ello; si no es nuevo en el mundo que intervengan a las deliberaciones; si actualmente ocupa una muger la Presidencia de las ciencias en una Corte de Europa, que es más que sentarse como individuo en un cuerpo, las materias que trata nunca son tan abstractas; y si en fin se trata de hacerlas amigas del país, lo qual sería en mucha utilidad éste, con tales hipótesis, lejos de ser perjudicial la admisión las mugeres, puede y debe ser conveniente.
Zaragoza y Junio 5 de 1786. Josepha Amar.
Fuente: Discurso en defensa del talento de las mujeres
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