Yo es que he tardado unos días en escribir esto porque he estado meditando. Y he meditado mucho, de verdad. Unos añitos llevamos con esta bitácora y en ella hemos seguido, mejor o peor, la toma de una conciencia, por parte de hombres y mujeres, de una igualdad. Se han seguido los pasos de una progresiva ascensión del status profesional de las mujeres, hemos visto llegar leyes que favorecen la conciliación familiar y profesional, hemos por fin asistido a una composición paritaria de dos gobiernos (por cierto, los dos, el de España y el de Andalucía, socialistas).
Desde aquí hemos rechazado las mujeres permanecer en un papel de segundonas, el sacrificio obligatorio de nuestras carreras profesionales en aras de la maternidad; hemos rechazado el ser posesión de nadie, ser percibidas como objetos sexuales. Hemos pedido que se nos viera como a personas y que se apreciara nuestra inteligencia, nuestro tesón, nuestra iniciativa.
Pues bien. Ya que lo hemos logrado, ya que hemos llegado a importantes puestos, por ejemplo, en el gobierno, tenemos que volver a recordar a la sociedad que somos hembras.
Ya hace unos meses que una concejala del PP, María Dolores Jiménez, posó desnuda en el periódico de su pueblo, Lepe, y posteriormente en Interviu, que seguramente le pagó bien el parcial despelote. En fin, no se le dio la mayor importancia. Una concejala de pueblo, un hecho aislado.
Pero ahora es una importante figura de la política nacional la que enseña la patita con ánimo de mostrar su lado sexy. Porque, por mucho que diga ella, no sale así por tratarse de una entrevista personal. Se las han hecho a Rajoy y no ha mostrado más carne que la que habitualmente enseña. Porque, por mucho que se insista en la comparación, no es lo mismo que cuando las ministras socialistas posaron para el Vogue, elegante y suficientemente vestidas. Aquí hay un ánimo de proclamar "estoy buena", que no creo adecuado a una mujer que en cierto modo nos representa (por lo menos a las votantes del PP), que debería respaldar nuestros esfuerzos para librarnos de la obligatoria evaluación a través del físico. Después de esto no nos podemos extrañar si damos varios pasos hacia atrás en el centro y leemos titulares de encuestas como la siguiente, del 2o minutos:
¿Qué política española te parece más sexy? ¿Por cuál cambiarías tu voto si hiciera falta? ¿Cuál querrías que te diera un mitin para ti solito?
No te fastidia. Un mitin particular, con bien de gritos y de aspavientos. Como tiene que ser. Vamos a votar al mejor florero.
Desde aquí hemos rechazado las mujeres permanecer en un papel de segundonas, el sacrificio obligatorio de nuestras carreras profesionales en aras de la maternidad; hemos rechazado el ser posesión de nadie, ser percibidas como objetos sexuales. Hemos pedido que se nos viera como a personas y que se apreciara nuestra inteligencia, nuestro tesón, nuestra iniciativa.
Pues bien. Ya que lo hemos logrado, ya que hemos llegado a importantes puestos, por ejemplo, en el gobierno, tenemos que volver a recordar a la sociedad que somos hembras.
Ya hace unos meses que una concejala del PP, María Dolores Jiménez, posó desnuda en el periódico de su pueblo, Lepe, y posteriormente en Interviu, que seguramente le pagó bien el parcial despelote. En fin, no se le dio la mayor importancia. Una concejala de pueblo, un hecho aislado.
Pero ahora es una importante figura de la política nacional la que enseña la patita con ánimo de mostrar su lado sexy. Porque, por mucho que diga ella, no sale así por tratarse de una entrevista personal. Se las han hecho a Rajoy y no ha mostrado más carne que la que habitualmente enseña. Porque, por mucho que se insista en la comparación, no es lo mismo que cuando las ministras socialistas posaron para el Vogue, elegante y suficientemente vestidas. Aquí hay un ánimo de proclamar "estoy buena", que no creo adecuado a una mujer que en cierto modo nos representa (por lo menos a las votantes del PP), que debería respaldar nuestros esfuerzos para librarnos de la obligatoria evaluación a través del físico. Después de esto no nos podemos extrañar si damos varios pasos hacia atrás en el centro y leemos titulares de encuestas como la siguiente, del 2o minutos:
¿Qué política española te parece más sexy? ¿Por cuál cambiarías tu voto si hiciera falta? ¿Cuál querrías que te diera un mitin para ti solito?
No te fastidia. Un mitin particular, con bien de gritos y de aspavientos. Como tiene que ser. Vamos a votar al mejor florero.
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