lunes, septiembre 08, 2008

Prostitución, publicidad y pacatería


Y digo yo que, a mi modesto entender, hay muchas ocasiones en que la autoridad competente debería limitarse a serlo, es decir, autoridad, y sobre todo, competente. Yo diría que para eso cobran y para eso los hemos votado.
Pero ocurre que hay ocasiones en que se conforman con simularlo.
Ya en tres ocasiones hemos tratado aquí el tema que hoy nuevamente nos ocupa, el de la publicidad de la prostitución. Y lo hemos tratado de tres formas diferentes: la primera, con rechazo de plano, al alabar la decisión de ciertos diarios de eliminarla de sus páginas, con el consiguiente perjuicio económico; la segunda, examinando su ética (o la ausencia de ella); la tercera, por su incuestionable falta de estética (que es algo que a mí me puede) .
Pues hete aquí que las instituciones públicas, simbolizadas por el Ilmo. Ayuntamiento de Sevilla, han decidido combatir el tema: a las vallas que proponen burdeles dando todos los detalles posibles sobre los servicios que ofrecen, opone la propaganda institucional un valiente mensaje:
¿Tan poco vales que tienes que pagar?
Y una explicación para aquellos que no saben muy bien (se supone) de qué va el tema: El precio de la prostitución incluye humillación, vejación, violencia...
Pues bien: antes de contemplar las susodichas vallas con los bienintencionados lemas de los NOSDITOS yo creía de buena fe que el hecho de que no se eliminara la publicidad en vallas y carritos era fruto de una creencia en ciertas libertades como la de expresión y la sexual y consecuencia de una ignorancia natural en personas que adolecen de una falta de sensibilidad manifiesta.
Pero no. Es fruto de la hipocresía y de la avaricia. El cartel anti-publicitario estaría genial situado junto al que pretende combatir. Pero no. Dos semáforos antes, difícil de detectar, escondidito. Y es normal. Si se lo ponen al lado a la valla que anuncia "El jardín del diablo", esta cancelará su alquiler de valla y se trasladará.
Reflexionemos: si realmente "el precio de la prostitución incluye humillación, vejación, violencia..." Muy fuerte... ¿por qué no solo no se trabaja para eliminar ese comercio, sino que se permite su publicidad? ¿Por qué se pretende que se combate instalando pacatas vallas muy lejos de la primera fila de que disponen los anuncios de los prostíbulos?
No sé qué organismo o persona es el propietario de las vallas, pero todo parece indicar que es el propio Ayuntamiento.
En hipocresía, es difícil llegar más lejos.

1 comentario:

Juana G. Linares dijo...

Desgraciadamente la hipocresía está presente en muchas de estas campañas institucionales que sirven para lavar las "conciencias" de estos organismos públicos. Algo parecido ocurre con la publicidad de bebidas alcohólicas en nuestras calles.