El último regalo que le hice yo a mi padre fue una batidora. Sí, a mi padre, que cumplió el pasado día 1 de Marzo 74 años.
Cuando era niña, no se nos hubiera ocurrido, ni a mis hermanos ni a mí. Le regalábamos siempre una pipa o un mechero para pipa. Y mi madre le regalaba una corbata, pañuelos, ropa interior... Una afeitadora en tiempos más prósperos.
Cuando llegaba el día de la madre pensábamos en perfumes, broches o pequeños electrodomésticos.
Cuando era niña, no se nos hubiera ocurrido, ni a mis hermanos ni a mí. Le regalábamos siempre una pipa o un mechero para pipa. Y mi madre le regalaba una corbata, pañuelos, ropa interior... Una afeitadora en tiempos más prósperos.
Cuando llegaba el día de la madre pensábamos en perfumes, broches o pequeños electrodomésticos.
Mi padre cocina, hace la compra, friega, y otras muchas cosas. Por eso mi último regalo fue una batidora. Y mi último regalo para mi madre fue un foulard, sí, pero es que ella sigue muy guapa y muy presumida, pero casi siempre le regalamos libros, cuadernos, lapiceros... ningún pequeño electrodoméstico que le recuerde el trabajo en casa.
Los regalos deben ser siempre accesorios para ser perfectos. Resultan inconvenientes si son artículos de primera necesidad, salvo que la persona objeto del detalle no pueda adquirirlos por sí misma. Regalar una plancha a un ama de casa no es tener un detalle: es recordarle su obligación cotidiana, y es especialmente odioso el regalo si eres su marido o hijo/a y la obligación la tiene contigo. Y regalar una plancha, o una batidora, o una tostadora a una mujer es recordarle que la casa es cosa suya. Por pura tradición.
Los regalos deben ser siempre accesorios para ser perfectos. Resultan inconvenientes si son artículos de primera necesidad, salvo que la persona objeto del detalle no pueda adquirirlos por sí misma. Regalar una plancha a un ama de casa no es tener un detalle: es recordarle su obligación cotidiana, y es especialmente odioso el regalo si eres su marido o hijo/a y la obligación la tiene contigo. Y regalar una plancha, o una batidora, o una tostadora a una mujer es recordarle que la casa es cosa suya. Por pura tradición.
Es de mal gusto regalar cosas para trabajar, salvo si esa faena concreta es tu afición particular ( a mí me encanta cocinar, a mi amiga Juana las labores de aguja...).
Pero no íbamos a hablar de regalos para las madres, sino para los padres.
Y he estado investigando por la red, buscando ideas como si fuera una incauta que no sabe qué regalar a su padre o marido (los regalos del día del padre suele hacerlos la esposa, y eso sí son regalos por obligación y no los de San Valentín o los del aniversario. Para demostrarlo no hay más que ver que en las parejas recompuestas, sin hijos en común, semejantes regalos no se hacen). Cierto que he encontrado alguna originalidad: Interflora propone flores para ellos. Pero algo aisladito. O “Viajes X” sugiere un crucero por el Caribe (evidentemente la sugerencia va dirigida a la esposa, no a los hijos y, claro, se trata de aprovechar la fecha para publicitarse). Pero la tónica general demuestra que el panorama no ha cambiado demasiado desde que yo era niña y buscábamos mecheros mis hermanos y yo, y mi madre calcetines grises. Y eso a pesa de que, teóricamente, los roles se han equilibrado. Veamos una muestra media, compuesta por seis elementos tipo:
Pero no íbamos a hablar de regalos para las madres, sino para los padres.
Y he estado investigando por la red, buscando ideas como si fuera una incauta que no sabe qué regalar a su padre o marido (los regalos del día del padre suele hacerlos la esposa, y eso sí son regalos por obligación y no los de San Valentín o los del aniversario. Para demostrarlo no hay más que ver que en las parejas recompuestas, sin hijos en común, semejantes regalos no se hacen). Cierto que he encontrado alguna originalidad: Interflora propone flores para ellos. Pero algo aisladito. O “Viajes X” sugiere un crucero por el Caribe (evidentemente la sugerencia va dirigida a la esposa, no a los hijos y, claro, se trata de aprovechar la fecha para publicitarse). Pero la tónica general demuestra que el panorama no ha cambiado demasiado desde que yo era niña y buscábamos mecheros mis hermanos y yo, y mi madre calcetines grises. Y eso a pesa de que, teóricamente, los roles se han equilibrado. Veamos una muestra media, compuesta por seis elementos tipo:
Set de aseo: sin comentarios, creo que ya los regalaban al “vir”-sapiens-sapiens..., aunque los elementos fueran de sílex.
Juego de vino: está claro, los que entienden de vinos son ellos. Ese regalo no figura nunca en las listas de posibles para mujeres.
Juego de pluma estilográfica y radio: Aparte de lo absurdo de la combinación, os juro que mi padre tiene dos cajones de la mesilla repletos de bienintencionadas estilográficas.
Joyero piel seis relojes: muy útil para el común de los mortales, que suelen tener varias docenas...
Estación metereológica: esto ya, con perdón, es la “lexe”. Yo creo que los pobres padres que reciben este regalito preferirían incluso el típico y antiguo ladrillo del rabo de la vaca... De suma utilidad, en serio.
Juego limpieza calzado: que es como decirle directamente: “a partir de hoy te limpias tú solo los zapatos, so guarro”.
Yo he decidido regalarle a mi padre este año un colgante. Ya que las firmas de moda se están dignando hacer joyas o bisutería para hombres. Y, claro, sabiendo que él no tiene todavía ninguno, porque a que tienes uno, ya los tienes todos. La imaginación de los diseñadores no da para más.
Y me gustaría felicitar a mi padre porque comparte al 50% o más las faenas domésticas, porque lleva también al 50% el instinto maternal y, sobre todo, porque fue el que siempre me defendió cuando yo me negaba a ayudar en la casa si mis hermanos varones no hacían exactamente lo mismo que yo. Y a los hombres que son como él, que hay muchos, pero no suficientes. A ver si para esto ponemos también una cuota obligatoria, del 100%.
Juego de vino: está claro, los que entienden de vinos son ellos. Ese regalo no figura nunca en las listas de posibles para mujeres.
Juego de pluma estilográfica y radio: Aparte de lo absurdo de la combinación, os juro que mi padre tiene dos cajones de la mesilla repletos de bienintencionadas estilográficas.
Joyero piel seis relojes: muy útil para el común de los mortales, que suelen tener varias docenas...
Estación metereológica: esto ya, con perdón, es la “lexe”. Yo creo que los pobres padres que reciben este regalito preferirían incluso el típico y antiguo ladrillo del rabo de la vaca... De suma utilidad, en serio.
Juego limpieza calzado: que es como decirle directamente: “a partir de hoy te limpias tú solo los zapatos, so guarro”.
Yo he decidido regalarle a mi padre este año un colgante. Ya que las firmas de moda se están dignando hacer joyas o bisutería para hombres. Y, claro, sabiendo que él no tiene todavía ninguno, porque a que tienes uno, ya los tienes todos. La imaginación de los diseñadores no da para más.
Y me gustaría felicitar a mi padre porque comparte al 50% o más las faenas domésticas, porque lleva también al 50% el instinto maternal y, sobre todo, porque fue el que siempre me defendió cuando yo me negaba a ayudar en la casa si mis hermanos varones no hacían exactamente lo mismo que yo. Y a los hombres que son como él, que hay muchos, pero no suficientes. A ver si para esto ponemos también una cuota obligatoria, del 100%.
1 comentario:
Interesante propuesta que nos llega desde Estella (Navarra), para celebrar el día del Padre:
19 de Marzo: Por una paternidad corresponsable.
Podéis ampliar la información en la página Sin Género de Dudas.
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