viernes, marzo 30, 2007

Personajes masculinos en la literatura: los héroes medievales II

El cantar de los nibelungos: Sigfrido

Se trata de la más importante epopeya germana, muy conocida gracias a la ópera de Wagner, sustancialmente diferente al Cantar del Mío Cid y La Chanson de Roland: por sus antiguas raíces mitológicas, por su elaboración popular a lo largo de varios siglos, que hacen que comparta muchos rasgos con las epopeyas antiguas.
Sigfrido fue el héroe que conquistó el tesoro de los Nibelungos, los enanos negros que trabajan el oro del Rhin y que, al impregnarse casi entero en la sangre del dragón que lo guardaba consiguió la invulnerabilidad en todo su cuerpo, excepto en un pequeño espacio de piel donde una hoja caída se adhirió a su espalda. Pretendió a Krimilda, hermana de Gunter, rey de los burgundios. Gunter accedió a concederle la mano de su hermana a condición de que él mismo le ayudara a conseguir a Brunilda, reina de Islandia, que sometía a sus pretendientes a duras pruebas de fuerza física. Sigfrido ayuda a Gunter revistiéndose con una capa que le confiere la invisibilidad, gracias a lo cual puede él superar las pruebas.
Las dos parejas se casan simultáneamente en Worms. Tiempo después, por una indiscreción de Krimilda, Brunilda se enteró de la intervención de Sigfrido para ayudar a Gunter con las pruebas con las que la conquistó, e incluso de que fue él quien, escudado en su invisibilidad, la desfloró en su noche de bodas. Furiosa, planea su venganza y, conociendo también por boca de Krimilda cuál es el punto vulnerable del cuerpo de Sigfrido, hace que uno de sus servidores le clave su espada en una salida de caza.
Krimilda, viuda, acepta más tarde la proposición de matrimonio que le hace Atila, rey de los hunos. Años después, estos se enfrentan a los burgundios en una feroz batalla en la que Krimilda mata a su propio hermano y al asesino de Sigfrido.
La leyenda fue puesta por escrito a principios del siglo XIII, y sus personajes son una mezcla de mito y épica. De hecho el cantar es mucho más imaginativo y fantasioso que el de Mío Cid o el de Roldán, y J.R.R. Tolkien tomó de él muchos elementos para su conocida saga “El señor de los anillos”. Otra gran diferencia con otros cantares de gesta es precisamente la altura heroica de sus personajes: si los hombres resultan magníficos, las mujeres lo son aún más.
El concepto de la venganza, personificado en la magistral figura de Krimilda, adquiere una implacabilidad obsesionante. Krimilda es, de hecho, la figura central del poema: delicada, tierna e ingenua en su juventud, mientras vive Sigfrido; brutal y sanguinaria en su madurez hasta colmar sus deseos de venganza. Leyendo escenas aisladas del principio y del final de los Nibelungos se creería que se trata de dos figuras femeninas distintas; pero cuando se sigue el poema paso a paso se advierte que el autor, verdadero artista y penetrante psicólogo, ha hecho que tal transformación sea perfectamente natural. Brunilda también resulta una figura impresionante, y el hecho de exigir a su futuro esposo una fuerza superior a la suya nos recuerda a antiguas figuras mitológicas femeninas, como Atalanta. De hecho su esposo no consigue vencerla ni en el lecho, que es por lo que su cuñado debe hacerlo amparado en su invisibilidad.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

me parece muy interesante y completa esta informacion me ha ayudado mucho. gracias

Anónimo dijo...

la verdad que muchas gracias..me ayudo darme cuenta de varias cosasque no entendia ..Y FELIZ DIA DE LA MADRE ¡¡